El rojo es el gran protagonista de la paleta cromática que tiene presencia en el interior. Destaca, sobre todo, en la cocina, consiguiendo así que sea el centro de atención del local. Asimismo, la división de la sala en dos espacios crea dos ambientes diferenciados. Además de los colores, la iluminación y los elementos gráficos logran generar un entorno cambiante.